Pero… ¡ah! Esa actitud no siempre es fácil de mantener. Los
problemas, la rutina diaria y los miedos la empañan con facilidad. A veces hace
falta poner mucha voluntad para conservar el optimismo, para creer firmemente
que encontrarás al hombre de tu vida cuando, aquí y ahora, estás sola o
atrapada en una relación infeliz. ¿Cómo hacer para cambiar la energía en esos
momentos y predisponerte a atraer a la persona maravillosa con la que sueñas?
Una de las llaves que más ayudan a abrir la puerta de la felicidad es cultivar
la gratitud.
Da las gracias por todas las bendiciones de tu vida. Son
muchas, muchas más de las que vemos cuando la mente está cegada por las quejas
o el victimismo. Tener salud, un techo donde refugiarse, agua caliente, comida
en la mesa, amigos, familiares. ¿Dispones de todo eso? Imagina lo difícil que
sería tu vida sin ello. Entonces es cuando el sentimiento de gratitud brota del
corazón y su energía se expande, primero dentro de ti misma y después
acariciando a los que te rodean.
Hay muchas ocasiones para dar las gracias cada día. Al
camarero que te sirve un delicioso café. A tus hijos por entretenerte con sus
juegos y su ingenio. A tus amigas por estar ahí de forma incondicional. A tu
coche por llevarte a la oficina. A tu cuerpo por funcionar como una máquina
perfecta. A tu mente por ponerse de tu parte y tener la fuerza y la humildad
necesarias para ser agradecida.
Agradece incluso la bendición de haber conocido al amor de
tu vida. No importa si todavía no ha ocurrido. Confía en que así será si
mantienes esa actitud capaz de hacer milagros. Es todo un acto de fe, sí, pero
¿no te sientes mejor agradeciendo que quejándote porque él no aparece?
Recuerda: lo semejante atrae lo semejante.
Fuente: http://consejosamor.about.com