En muchas culturas
antiguas ha existido alguna forma de limpieza energética, son distintos las
formas y los materiales utilizados pero el fin es el mismo, limpiar las
energías de un espacio.
La razón para efectuar
una limpieza es muy simple, así como limpiamos el polvo que podemos ver sobre
los muebles y el piso, también debemos armonizar la energía que circula en el
ambiente. No vemos el “polvo” que dejan las emociones pero se
acumulan, cuando comúnmente se habla de
las malas vibras, y también debemos limpiarlas.
Cuando sentimos que el
ambiente está muy pesado, que tenemos pensamientos negativos es momento de
realizar una limpieza energética.
Es recomendable por lo
menos realizar una limpieza energética mayor en nuestro hogar por lo menos una
vez al año, o después de algún acontecimiento difícil, como un asalto, la
pérdida de un ser querido, una fuerte
discusión en casa. Asimismo es vital
realizarla cuando nos mudamos a otra casa o se remodelo nuestra casa.
Una vez a la semana, o si
lo prefiere, diario, es útil una armonización ligera. Para realizarla vamos a
necesitar:
- Una vela
- Incienso (Limpieza, mirra, sándalo, pino, lavanda o benjuí)
- Aceite esencial en pulverizador, lavanda, menta o del aceite esencial de tu preferencia
- Música relajante (opcional)
De preferencia buscar un
momento en el que no seamos interrumpidos por unos 15 minutos.
Reúne la vela, el
incienso y/o el pulverizador, colócalas en una mesa, de preferencia, en el centro
de la casa o del espacio a armonizar.
Enciende la vela y el
incienso.
Con la lavanda
pulverizando el aroma hacia arriba o con el incienso recorre el espacio en sentido de las manecillas del reloj hasta
regresar nuevamente al centro. Pon especial atención en las esquinas.
Al terminar rocía un poco
de la esencia para armonizar tu propia energía, o permite que el incienso
purifique tu espacio.
Deja que tanto el
incienso como la vela se terminen.
Listo. Disfruta de un espacio armonizado y lleno de
energía!!