La gemoterapia o cristaloterapia es considerada una terapia
vibracional capaz de balancear nuestra energía.
Los antiguos
egipcios utilizaban ciertos minerales en sus momias como ayuda en el viaje al
otro mundo; los antiguos hindúes han utilizado los minerales y las piedras
preciosas como armonizadores de los chakras que rigen la energía de los
cuerpos.
El uso de los cristales como
método curativo se basa en su estructura molecular y su
campo energético, que al contacto con nuestro campo energético tiende a transformarlo y a
equilibrarlo.
Cada cristal
contiene una vibración y frecuencia en particular que se relaciona con un centro
energético y tiene la capacidad de modificar su energía con la finalidad de balancear esa área.
Los
cristales al entrar en contacto con la
piel, transmiten su vibración en nuestro campo magnético, es decir, sobre
nuestra aura para producir diferentes efectos terapéuticos. Tienen una
vibración propia como cada ser humano, su brillo suave y constante actúa de forma
positiva ayudando a recuperar el equilibrio físico y emocional.
Los cristales
precisan limpieza, programación y mantenimiento. Hay diversas formas de
limpiarlos y programarlos. Esto es fundamental para trabajar con ellos.
Cualquier cristal necesita un objetivo para trabajar con todo su potencial.
El poder de
los cristales y su aplicación para la sanación están basados en hechos
científicos. Así como, en otras terapias
alternativas, la magia de los cristales existe gracias a la fe. Puedes tener fe
en su magia o no tenerla… actuará de
todos modos.
Sin embargo, un
cristal no puede solucionar un determinado problema físico, mental o espiritual
como si fuera una varita mágica. No
basta con utilizar una piedra y depender
de lo que ella pueda hacer por sí misma, lo más importante será declarar el
valor espiritual que se descubre y se siente cuando se emiten sus vibraciones.